Aunque devastado por el conflicto, en el este de Ucrania el fútbol ofrece un camino hacia la esperanza

Aunque devastado por el conflicto, en el este de Ucrania el fútbol ofrece un camino hacia la esperanza

El estallido de un conflicto armado a gran escala en el este de Ucrania, en 2014, provocó una gran afluencia de personas refugiadas a la región y sigue generando necesidades humanitarias en la zona. El conflicto ha desarraigado a millones de personas, y muchas soportan penurias y la amenaza de una muerte súbita en sus hogares. En total, 3,4 millones necesitan asistencia humanitaria y protección. Más de 55.000 edificios residenciales han resultado dañados durante el conflicto a ambos lados de la “línea de contacto” en el este de Ucrania. Según estudio reciente, casi el 40 por ciento de las personas que viven en las regiones de Donetsk y Lugansk han experimentado traumas que les han provocado estrés, depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático como resultado de la violencia.

ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, ha estado trabajando en Ucrania desde 1994 y estableció una oficina en el país al año siguiente. ACNUR monitorea a las personas de interés e interviene directamente para proteger a las personas refugiadas, solicitantes de asilo y desplazadas internas brindando asistencia material, social y médica a quienes se encuentran en mayor situación de vulnerabilidad. Además, ayuda a las personas refugiadas en Ucrania a encontrar soluciones duraderas que faciliten su repatriación voluntaria, integración local y reasentamiento en terceros países. A finales de 2019, había 60.000 ucranianos refugiados en todo el mundo.

“El fútbol me dio mucho: amigos, aguante, carácter y determinación”
Maria Romanchenko (ucraniana desplazada interna)

Mi nombre es Maria Romanchenko, tengo 17 años y soy originaria de Enakievo, en la región de Donetsk, en el este de Ucrania. Soy jugadora del equipo femenino FC Chernomorets Odesa, en la primera división de Ucrania. Me gusta el fútbol desde niña: siempre jugaba con los chicos en el patio, aunque básicamente me paraba en la puerta. Pero después de mudarme, la vida dio un giro, y ahora soy delantera.

A los 11, me mudé a Odesa y durante dos años no me di cuenta de que había fútbol femenino profesional en Ucrania. Pero en séptimo grado, en una lección de educación física, una niña se fijó en mí durante un juego y me sugirió que practicara más seriamente. Después de un tiempo, conocí a mi entrenador y comencé a ir a entrenar. Pasados dos meses, ,me integré al equipo que fue al Campeonato de Ucrania Sub-14. Marqué mi primer gol y llevé al equipo a la final. En este Campeonato, fui nombrada “Mejor Delantera”. Así comenzó mi carrera profesional en el fútbol. Mi objetivo es conseguir un contrato y jugar para un equipo europeo o estadounidense en el futuro.

Dejé mi hogar debido a la situación en Enakievo, mi ciudad natal, en la región de Donetsk. Mis padres no querían que estuviera en peligro y vieron todo lo que estaba pasando ahí. Pero a veces voy allá, para visitar a mis amigos y parientes. Voy a casa una vez cada seis meses. Ansío que llegue el día en que me reuniré con familiares y amigos, porque nos extrañamos mucho, pero a menudo nos llamamos y chateamos en Internet. Por el momento, todo está bien en mi ciudad, pero todavía estoy preocupada. La principal dificultad es que es difícil llegar allá.

A los 11, me mudé a Odesa y durante dos años no me di cuenta de que había fútbol femenino profesional en Ucrania. Pero en séptimo grado, en una lección de educación física, una niña se fijó en mí durante un juego y me sugirió que practicara más seriamente. Después de un tiempo, conocí a mi entrenador y comencé a ir a entrenar. Pasados dos meses, ,me integré al equipo que fue al Campeonato de Ucrania Sub-14. Marqué mi primer gol y llevé al equipo a la final. En este Campeonato, fui nombrada “Mejor Delantera”. Así comenzó mi carrera profesional en el fútbol. Mi objetivo es conseguir un contrato y jugar para un equipo europeo o estadounidense en el futuro.

Dejé mi hogar debido a la situación en Enakievo, mi ciudad natal, en la región de Donetsk. Mis padres no querían que estuviera en peligro y vieron todo lo que estaba pasando ahí. Pero a veces voy allá, para visitar a mis amigos y parientes. Voy a casa una vez cada seis meses. Ansío que llegue el día en que me reuniré con familiares y amigos, porque nos extrañamos mucho, pero a menudo nos llamamos y chateamos en Internet. Por el momento, todo está bien en mi ciudad, pero todavía estoy preocupada. La principal dificultad es que es difícil llegar allá.

Muchas de mis fotografías fueron tomadas durante una sesión de entrenamiento en la cancha de fútbol FC Chernomorets Odesa. Otras fueron tomadas en las calles de Odesa. En ellas pueden ver el Teatro Académico de Comedia Musical de Odesa, el Teatro Académico Nacional de Ópera y Ballet de Odesa, el nuevo Parque de Estambul y la Columnata del Palacio Vorontsov.