“En las fotos quise mostrar lo importante que es el fútbol para mi papá y mi hermanito. Yo crecí con el fútbol y toda mi familia juega a este deporte. Es una forma de relajarnos y distraernos y es muy importante en mi vida. Durante la pandemia tuvimos que jugar dentro de casa y eso nos afectó mucho”, dice Johanna.

Johanna Yánez participa en una iniciativa de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, y FUDELA, la Fundación de las Américas, una ONG local. Ambas organizaciones trabajan juntas para facilitar la integración de las personas refugiadas y sus comunidades de acogida a través del deporte. El fútbol juega un papel clave para ayudar a los niños, niñas y adolescentes refugiados y locales a crear lazos de amistad duraderos, mientras aprenden valores como la solidaridad y un estilo de vida saludable.

Claudia

Claudia Pineda es una jugadora profesional venezolana del club Dragonas Independiente del Valle, que juega en Superliga Femenina de Ecuador. ACNUR e Independiente del Valle trabajan juntos desde finales de 2020 para promover la inclusión de las personas refugiadas en Ecuador a través del deporte.

Con sus fotos, Claudia buscó mostrar el trabajo diario de ella y sus compañeras de equipo en las instalaciones del club, que considera su casa. Ser parte de un equipo profesional supone tener que entrenar muy duro todos los días, tanto dentro como fuera de la cancha. Claudia juega en la posición de defensa central, por lo que necesita estar siempre en su mejor estado física para frenar a las delanteras rivales.

“En esta foto mostré a Evelyn, Yuriana y a mi perrita Oka. Evelyn es de Ecuador y tiene 14 años, juega en la posición de medio centro, está en proceso de formación y representa la juventud. Yuriana es de Venezuela, tiene 27 años, es una atacante consolidada y representa la experiencia. Son dos personas que me complementan, son parte de mi equipo, tanto en el fútbol como en la vida. La primera me mantiene soñando con la ilusión de una niña y la segunda además de hacerme sentir más cerca de mi país, me recuerda la importancia de marcar goles en los momentos decisivos de tu vida. Por otro lado, Oka es, junto con mi familia, mi motor para seguir adelante”, explica Claudia.

“El fútbol es capaz de traspasar fronteras y así mismo de unirnos bien sea frente a una televisión o dentro de una cancha, además es una forma divertida de mantenernos saludables. En esta foto quise transmitir un momento muy importante de la temporada. Estábamos en la recta final de la Superliga y la entrenadora nos estaba dando una charla táctica en el camerino del estadio del club”, dice Claudia.

Nixon

Nixon García es un joven entrenador indígena Awá de 23 años que vive en El Chical, una comunidad fronteriza entre Ecuador y Colombia, donde el deporte y el fútbol son claves para la integración de las personas refugiadas. Chical es un pequeño pueblo rural habitado por el pueblo indígena Awá y que ha recibido a muchas personas que huyeron del conflicto armado en la vecina Colombia. Nixon participa en un programa de deporte comunitario de ACNUR y FUDELA.

“En esta foto quise mostrar a los niños y niñas de El Chical que participan en el programa Campeones Comunitarios. A través del fútbol, estos chicos aprenden valores como el compañerismo y el trabajo en equipo, además de generar nuevas amistades. Junto a la práctica deportiva, también promovemos otros valores como la responsabilidad. Al estar en una zona fronteriza, con presencia de grupos armados irregulares, los problemas sociales son complejos y se requiere un trabajo permanente con niños, niñas, jóvenes y padres, motivando a que participen en nuestras actividades comunitarias que también contribuyen a construir la paz”, dice Nixon.