Goal Click Refugees:
Jordania y Za’atari
Goal Click Refugees:
Jordania y Za’atari
El estallido de la guerra en Siria en 2011 provocó un éxodo de 5,5 millones de personas refugiadas a los países vecinos; entre ellos, Jordania, un país que ahora alberga a 650.000 sirios, así como a personas refugiadas de Irak, Yemen, Sudán y Somalia. Jordania tiene la segunda población refugiada per cápita más grande del mundo, lo cual ejerce una enorme presión sobre el país y sus comunidades de acogida.
Alrededor del 85 por ciento de las personas refugiadas en Jordania se encuentran en zonas urbanas; y el resto, en campamentos, el más grande de los cuales es Za’atari, cerca de la frontera con Siria. Desde 2012, Za’atari ha evolucionado de una colección de tiendas de campaña a un asentamiento urbano de 76.000 personas. Ahora, es un emblema del desplazamiento sirio en Medio Oriente. Los residentes cuentan con el apoyo de ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, así como de varias ONG y del gobierno jordano. Alrededor del 20 por ciento son menores de 5 años. El fútbol juega un papel clave, con organizaciones como UNICEF y ACNUR, que crean y dirigen iniciativas para niños.
La atención de Goal Click Refugees en Jordania se centró en Za’atari, donde niñas como Maram, de 14 años, participan en la iniciativa de fútbol Makani de UNICEF. Los centros Makani (“Mi espacio”, en árabe) brindan un espacio seguro para que los jóvenes accedan a oportunidades de aprendizaje y desarrollen habilidades para la vida. Mahmoud, de 19 años, y Fawzi, de 21, son entrenadores de fútbol en el campamento. Ambos fueron elegidos como parte de una iniciativa de ACNUR para entrenarse en Aspire Academy en Qatar, en 2017, y ambos jugaron para clubes de la liga jordana local. Las hermanas Gharam, de 14 años, y Bushra, de 12, forman parte del proyecto TIGER (siglas en inglés de “Estas niñas inspiradoras disfrutan leyendo”) en el campamento, que se centra en el empoderamiento de las niñas. Participan de manera regular en torneos de fútbol – organizados a través de un centro comunitario que recibe apoyo de ACNUR – y son miembros de un programa de formación de la UEFA. Esta es su historia.
Maram (a través de UNICEF)
“Mi nombre es Maram; vengo de Siria. Tengo 14 años y vivo con mi familia, que consta de nueve personas. Vivimos en el campamento de Za’atari. Estudio en el campamento y participo en todos los eventos disponibles. Mi pasatiempo favorito es el fútbol y mi deseo es fortalecer mis habilidades en el fútbol, para poder lograr mi sueño y convertirme en una futbolista famosa, y viajar con mi familia y jugar al fútbol fuera del campamento.
En las fotografías aparece nuestro equipo de fútbol femenino, en un centro Makani en el campamento de Za’atari. Quería mostrar nuestras habilidades en el fútbol, el juego en el que encuentro esperanza para mi futuro. Las fotografías muestran que hemos alcanzado nuestras metas.
Algunas personas en el campamento creen que el fútbol es solo para niños y que las niñas no deberían practicarlo. Pero, cuando juego, el fútbol me levanta el ánimo y refuerza mi confianza en mí misma. Porque soy una niña, puedo ser la persona que cambie la forma en que la comunidad percibe el fútbol femenino y rompa el muro de la vergüenza. El fútbol me da fuerza, confianza y condición física. Establece una rutina diaria en mi vida”.
Maram (a través de UNICEF)
“Mi nombre es Maram; vengo de Siria. Tengo 14 años y vivo con mi familia, que consta de nueve personas. Vivimos en el campamento de Za’atari. Estudio en el campamento y participo en todos los eventos disponibles. Mi pasatiempo favorito es el fútbol y mi deseo es fortalecer mis habilidades en el fútbol, para poder lograr mi sueño y convertirme en una futbolista famosa, y viajar con mi familia y jugar al fútbol fuera del campamento.
En las fotografías aparece nuestro equipo de fútbol femenino, en un centro Makani en el campamento de Za’atari. Quería mostrar nuestras habilidades en el fútbol, el juego en el que encuentro esperanza para mi futuro. Las fotografías muestran que hemos alcanzado nuestras metas.
Algunas personas en el campamento creen que el fútbol es solo para niños y que las niñas no deberían practicarlo. Pero, cuando juego, el fútbol me levanta el ánimo y refuerza mi confianza en mí misma. Porque soy una niña, puedo ser la persona que cambie la forma en que la comunidad percibe el fútbol femenino y rompa el muro de la vergüenza. El fútbol me da fuerza, confianza y condición física. Establece una rutina diaria en mi vida”.
Mahmoud (a través de ACNUR)
“Comencé a amar los deportes cuando era niño, en Daraa, Siria. Ahora, un día de deportes me ayuda a sanar la depresión y la tristeza en el campamento. Jugué al fútbol en Siria con el equipo de mi escuela, pero me fui debido a la guerra. Disfruto jugando al fútbol, que me da esperanza. Mi ambición es jugar con un equipo de fútbol europeo.
Los niños, las niñas y las personas dentro del campamento juegan al fútbol en el patio de recreo y en las calles, y en un campo de fútbol al borde del campamento. El fútbol es muy importante y la comunidad lo cuida. Los jordanos son muy buenos con nosotros.
He jugado con Al-Hussein SC (Irbid) en la primera división jordana y Mansheyat Bani Hasan en la segunda división. El deporte es mi vida. No puedo vivir sin él. No puedo pasar ni un día sin hacer deporte o jugar al fútbol. Es uno de mis métodos para liberar el estrés. Tengo suerte de poder jugar con equipos jordanos. Esta experiencia me permite ver a la comunidad fuera del campamento de refugiados. Participar en partidos de fútbol de alto nivel me hace sentir orgulloso de mí mismo. En el futuro, espero ser un jugador de fútbol famoso, y que hagan una película sobre mi historia para inspirar a otros”.
Mahmoud (a través de ACNUR)
“Comencé a amar los deportes cuando era niño, en Daraa, Siria. Ahora, un día de deportes me ayuda a sanar la depresión y la tristeza en el campamento. Jugué al fútbol en Siria con el equipo de mi escuela, pero me fui debido a la guerra. Disfruto jugando al fútbol, que me da esperanza. Mi ambición es jugar con un equipo de fútbol europeo.
Los niños, las niñas y las personas dentro del campamento juegan al fútbol en el patio de recreo y en las calles, y en un campo de fútbol al borde del campamento. El fútbol es muy importante y la comunidad lo cuida. Los jordanos son muy buenos con nosotros.
He jugado con Al-Hussein SC (Irbid) en la primera división jordana y Mansheyat Bani Hasan en la segunda división. El deporte es mi vida. No puedo vivir sin él. No puedo pasar ni un día sin hacer deporte o jugar al fútbol. Es uno de mis métodos para liberar el estrés. Tengo suerte de poder jugar con equipos jordanos. Esta experiencia me permite ver a la comunidad fuera del campamento de refugiados. Participar en partidos de fútbol de alto nivel me hace sentir orgulloso de mí mismo. En el futuro, espero ser un jugador de fútbol famoso, y que hagan una película sobre mi historia para inspirar a otros”.
Gharam (a través de ACNUR)
“El fútbol puede ser jugado por todos. El fútbol es importante porque aporta diversión a la gente. Las fotografías fueron tomadas durante un torneo en el campamento. Numerosas organizaciones tenían equipos participando.
Yo no jugaba antes de venir a Jordania. Me agrada la gente jordana: es simpática. Al principio, no podía desarrollar mis habilidades, pero ahora lo he hecho. Me encanta jugar al fútbol. El fútbol lo es todo en mi vida. Ojalá pudiera ser una jugadora profesional. Sueño con ser una futbolista famosa”.
Gharam (a través de ACNUR)
“El fútbol puede ser jugado por todos. El fútbol es importante porque aporta diversión a la gente. Las fotografías fueron tomadas durante un torneo en el campamento. Numerosas organizaciones tenían equipos participando. Numerosas organizaciones tenían equipos participando.
Yo no jugaba antes de venir a Jordania. Me agrada la gente jordana: es simpática. Al principio, no podía desarrollar mis habilidades, pero ahora lo he hecho. Me encanta jugar al fútbol. El fútbol lo es todo en mi vida. Ojalá pudiera ser una jugadora profesional. Sueño con ser una futbolista famosa”.
Fawzi (a través de ACNUR)
“Soy entrenador de fútbol. Los estudiantes son personas refugiadas que asisten a las actividades de la comunidad. Traté de evidenciar el sufrimiento de niñas y niños, y representar su historia.
Yo jugaba en Siria y era profesional. Empecé a jugar con el equipo de fútbol al-Shul’a en Siria en 2009. Dejé Daraa, en Siria, debido a la guerra. Hago deporte desde que era niño y, por eso, el deporte es mi vida. Ni siquiera puedo imaginar mi vida sin él. El fútbol era un pasatiempo al principio, pero, cuando me volví profesional, tomó un papel importante en mi vida. El fútbol lo es todo en mi vida. Deseo ser un jugador de fútbol profesional e internacional, con habilidades de alta calidad.
El fútbol es una forma en que puedo vivir una vida relativamente normal, tener la esperanza de un futuro mejor y mantenerme motivado para entrenar mientras vivo en un campamento de refugiados. Juego con mis amigos jordanos. La mayoría de ellos forman parte del equipo olímpico nacional jordano. Son las mejores personas y me respetan. Mi experiencia – jugando con un fuerte equipo deportivo jordano, participando en sus partidos y prácticas – fue más que asombrosa. Espero convertirme en un jugador profesional, unirme al equipo internacional y alcanzar la fama en el futuro.
El fútbol es muy importante porque nuestra comunidad no tiene muchas opciones placenteras. Jugar al fútbol es la mejor manera de usar nuestra energía.
Isma’el huyó de Siria a causa de la guerra. Su padre murió en Jordania; él ahora vive con su madre y su hermano. Quise presentarlo porque sé lo que significa perder a tu padre a una edad temprana”.
Fawzi (a través de ACNUR)
“Soy entrenador de fútbol. Los estudiantes son personas refugiadas que asisten a las actividades de la comunidad. Traté de evidenciar el sufrimiento de niñas y niños, y representar su historia.
Yo jugaba en Siria y era profesional. Empecé a jugar con el equipo de fútbol al-Shul’a en Siria en 2009. Dejé Daraa, en Siria, debido a la guerra. Hago deporte desde que era niño y, por eso, el deporte es mi vida. Ni siquiera puedo imaginar mi vida sin él. El fútbol era un pasatiempo al principio, pero, cuando me volví profesional, tomó un papel importante en mi vida. El fútbol lo es todo en mi vida. Deseo ser un jugador de fútbol profesional e internacional, con habilidades de alta calidad.
El fútbol es una forma en que puedo vivir una vida relativamente normal, tener la esperanza de un futuro mejor y mantenerme motivado para entrenar mientras vivo en un campamento de refugiados. Juego con mis amigos jordanos. La mayoría de ellos forman parte del equipo olímpico nacional jordano. Son las mejores personas y me respetan. Mi experiencia – jugando con un fuerte equipo deportivo jordano, participando en sus partidos y prácticas – fue más que asombrosa. Espero convertirme en un jugador profesional, unirme al equipo internacional y alcanzar la fama en el futuro.
El fútbol es muy importante porque nuestra comunidad no tiene muchas opciones placenteras. Jugar al fútbol es la mejor manera de usar nuestra energía.
Isma’el huyó de Siria a causa de la guerra. Su padre murió en Jordania; él ahora vive con su madre y su hermano. Quise presentarlo porque sé lo que significa perder a tu padre a una edad temprana”.
Bushra (a través de ACNUR)
“Las niñas pueden jugar al fútbol. El fútbol no es sólo cosa de hombres. Es un gran deporte. El fútbol es importante en nuestra comunidad porque entretiene a la gente y les da energía positiva. No jugaba al fútbol antes de venir a Jordania debido a la guerra. Los jordanos son como nosotros, no hay diferencia. Al principio, jugaba al fútbol en la calle, pero mis padres no me lo permitían. Después de eso, empezaron a convencerse de que era bueno para mí jugar al fútbol.
Para mí, el fútbol lo es todo en mi vida. Ojalá pudiera ganar la Copa del Mundo. El fútbol es importante porque, antes, era solo para hombres y ahora podemos jugarlo. Solía ser que la gimnasia era para mujeres, y ahora podemos jugar lo que queramos”.
Bushra (a través de ACNUR)
“Las niñas pueden jugar al fútbol. El fútbol no es sólo cosa de hombres. Es un gran deporte. El fútbol es importante en nuestra comunidad porque entretiene a la gente y les da energía positiva. No jugaba al fútbol antes de venir a Jordania debido a la guerra. Los jordanos son como nosotros, no hay diferencia. Al principio, jugaba al fútbol en la calle, pero mis padres no me lo permitían. Después de eso, empezaron a convencerse de que era bueno para mí jugar al fútbol.
Para mí, el fútbol lo es todo en mi vida. Ojalá pudiera ganar la Copa del Mundo. El fútbol es importante porque, antes, era solo para hombres y ahora podemos jugarlo. Solía ser que la gimnasia era para mujeres, y ahora podemos jugar lo que queramos”.