“Me hace sentir libre”: personas desplazadas en España logran aclimatarse gracias al fútbol
“Me hace sentir libre”: personas desplazadas en España logran aclimatarse gracias al fútbol
MADRID – En 2021, a pesar de las restricciones derivadas de la pandemia, Goal Click Refugees encontró que había muchas personas dispuestas a participar en España. Desde un centro de recepción de refugiados en Alcobendas, Madrid, hasta programas dirigidos por CESAL, una organización no gubernamental, el fútbol ha jugado un papel muy importante en ayudar a las personas refugiadas tras el desplazamiento..
“Me hace sentir libre”, dijo Deisy, de 36 años, quien juega con CESAL.
“Me llena de orgullo poder seguir jugando al fútbol aquí en España”. Antes de verse obligada a huir de su hogar en Colombia, había sido convocada para la selección nacional, pero tuvo que darse de baja después de una grave lesión en la rodilla. Ahora vuelve a jugar en una liga madrileña en el Club Fulanita de Tal.
“He recuperado ese sueño que me dio el fútbol”, dijo. “Me ayuda a desconectarme de mis problemas personales, me une cada día más con mis compañeros y conozco a mucha gente gracias al fútbol”.
“Me hace sentir libre”, dijo Deisy, de 36 años, quien juega con CESAL.
“Me llena de orgullo poder seguir jugando al fútbol aquí en España”. Antes de verse obligada a huir de su hogar en Colombia, había sido convocada para la selección nacional, pero tuvo que darse de baja después de una grave lesión en la rodilla. Ahora vuelve a jugar en una liga madrileña en el Club Fulanita de Tal.
“He recuperado ese sueño que me dio el fútbol”, dijo. “Me ayuda a desconectarme de mis problemas personales, me une cada día más con mis compañeros y conozco a mucha gente gracias al fútbol”.
De hecho, Colombia es un país que ha dado acogida a personas refugiadas: en febrero anunció una iniciativa para brindar un estatus de protección temporal de 10 años a los venezolanos en el país. Sin embargo, la violencia y los enfrentamientos entre grupos armados han dejado un legado de desplazamiento.
Muhyadin, un sudanés de 20 años, también juega con CESAL, organismo que ayuda a las personas refugiadas y solicitantes de asilo a establecerse en España y aprender el idioma. Él llegó a Europa pasando por Libia. Fanático del Real Madrid y de Sergio Ramos, tomó sus fotografías con amigos de Siria, Senegal y Malí en el estadio del Atlético de Madrid.
“Fue un día feliz; éramos como una gran familia. Quería mostrar el amor que todos tenemos por el fútbol”, dijo. “Los niños que juegan al fútbol pueden soñar con una vida mejor, pueden viajar por el mundo siendo futbolistas, pueden imaginar una vida mejor. Es saludable y esperanzador”.
De hecho, Colombia es un país que ha dado acogida a personas refugiadas: en febrero anunció una iniciativa para brindar un estatus de protección temporal de 10 años a los venezolanos en el país. Sin embargo, la violencia y los enfrentamientos entre grupos armados han dejado un legado de desplazamiento.
Muhyadin, un sudanés de 20 años, también juega con CESAL, organismo que ayuda a las personas refugiadas y solicitantes de asilo a establecerse en España y aprender el idioma. Él llegó a Europa pasando por Libia. Fanático del Real Madrid y de Sergio Ramos, tomó sus fotografías con amigos de Siria, Senegal y Malí en el estadio del Atlético de Madrid.
“Fue un día feliz; éramos como una gran familia. Quería mostrar el amor que todos tenemos por el fútbol”, dijo. “Los niños que juegan al fútbol pueden soñar con una vida mejor, pueden viajar por el mundo siendo futbolistas, pueden imaginar una vida mejor. Es saludable y esperanzador”.
Le gustaría jugar en el Manchester United, pero mientras tanto disfruta jugar con sus amigos y los locales. “Los españoles son amables”, agregó. “Ya son mis amigos y siempre están sonriendo”.
Le gustaría jugar en el Manchester United, pero mientras tanto disfruta jugar con sus amigos y los locales. “Los españoles son amables”, agregó. “Ya son mis amigos y siempre están sonriendo”.
En el centro de recepción, Jamil, un niño sirio de 10 años, contó cómo el fútbol lo había ayudado a comenzar a dejar atrás la ruptura del desplazamiento. “Sobre todo, me ayuda a aprender el idioma”, dijo. “Jugamos con personas de muchas nacionalidades y es muy divertido, cada uno juega en su propio idioma”.
En el centro de recepción, Jamil, un niño sirio de 10 años, contó cómo el fútbol lo había ayudado a comenzar a dejar atrás la ruptura del desplazamiento. “Sobre todo, me ayuda a aprender el idioma”, dijo. “Jugamos con personas de muchas nacionalidades y es muy divertido, cada uno juega en su propio idioma”.
Otra de las participantes fue Natalia Acero, de 36 años, quien huyó de Colombia debido a la violencia de las pandillas. Sus fotografías fueron tomadas en un parque y centro deportivo local. “Quise demostrar que las mujeres somos capaces de jugar mejor que los hombres, y, segundo, que podemos ser un gran apoyo para que nuestros hijos alcancen sus metas”. El fútbol también la ayudó a conectarse con su hijo. Su objetivo para el futuro es la estabilidad: “tener un lugar donde vivir, conseguir un trabajo y continuar mis estudios profesionales”.
Otra de las participantes fue Natalia Acero, de 36 años, quien huyó de Colombia debido a la violencia de las pandillas. Sus fotografías fueron tomadas en un parque y centro deportivo local. “Quise demostrar que las mujeres somos capaces de jugar mejor que los hombres, y, segundo, que podemos ser un gran apoyo para que nuestros hijos alcancen sus metas”. El fútbol también la ayudó a conectarse con su hijo. Su objetivo para el futuro es la estabilidad: “tener un lugar donde vivir, conseguir un trabajo y continuar mis estudios profesionales”.
Ghayth, un joven sirio de 13 años, llegó a España pasando por Líbano. En sus fotografías aparecen sus primos y residentes del centro de recepción. “El fútbol es el lenguaje que me ha permitido conocer gente nueva, que me abre puertas”, dijo. A través del centro de recepción, está jugando para un equipo local, ha hecho nuevos amigos y está mejorando su español. Sueña con convertirse en el próximo Cristiano Ronaldo.
Ghayth, un joven sirio de 13 años, llegó a España pasando por Líbano. En sus fotografías aparecen sus primos y residentes del centro de recepción. “El fútbol es el lenguaje que me ha permitido conocer gente nueva, que me abre puertas”, dijo. A través del centro de recepción, está jugando para un equipo local, ha hecho nuevos amigos y está mejorando su español. Sueña con convertirse en el próximo Cristiano Ronaldo.
Sohuad, de 12 años, también proviene de Siria. “Empecé a jugar en España”, dijo. “En mi país, las niñas no juegan al fútbol”.
“Es lo único que me interesa”, agregó, “no quiero ganar ni perder; solo quiero divertirme». Fuera de la cancha, en el futuro se ve como dentista.
Sohuad, de 12 años, también proviene de Siria. “Empecé a jugar en España”, dijo. “En mi país, las niñas no juegan al fútbol”.
“Es lo único que me interesa”, agregó, “no quiero ganar ni perder; solo quiero divertirme». Fuera de la cancha, en el futuro se ve como dentista.
Explorar la serie
01
Introducción a Goal Click Refugees
02
El fútbol como idioma común en el campamento de Kakuma, Kenya
03
El fútbol: un aglutinante que une en Europa
04
Goal Click Refugees: Jordania y Za’atari
05
Abriendo las puertas a niñas afganas en Australia y Austria
06
Un juego que unifica tras el desplazamiento en África
07
Aunque devastado por el conflicto, en el este de Ucrania el fútbol ofrece un camino hacia la esperanza
08
“Me hace sentir libre”: personas desplazadas en España logran aclimatarse gracias al fútbol
09
Enseñando tolerancia a través del fútbol en Ucrania
En redes sociales
Dimos cámaras desechables. 📸 a personas refugiadas de todo el mundo 🌏 y les pedimos que contaran la historia de sus vidas futbolísticas.
Nos enorgullece lanzar #GoalClickRefugees: https://t.co/Pbk2Llrcy5 @Goal_Click pic.twitter.com/gf8o1MX4MP
— UNHCR United Kingdom (@UNHCRUK) 16 de junio de 2020